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La constitución del Doctorado en Estudios Regionales tomó como punto de partida un cambio radical en la forma en cómo la adscripción del  personal académico era percibida tanto por la administración de la universidad tanto como por los docentes mismos.  El arraigo de los docentes a una Unidad Académica que implicaba la imposibilidad de moverse al interior de la universidad se vio remontada por la idea de trabajar en un proyecto que implicaba romper con la dinámica de aislamiento en que se venía trabajando en esta Institución de Educación Superior.

 

El Doctorado en Estudios Regionales fue el primer programa de posgrado inter unidades académicas de la UNACH. Se logró reunir a los miembros del Sistema Nacional de Investigadores del Campo de las Ciencias Sociales y las Humanidades y al cuerpo de doctores dispersos y se les articuló en el Consorcio de Ciencias Sociales y Humanidades. Por primera vez, de forma institucional, los docentes pudieron moverse intra unidades académicas de la Universidad con motivo de su participación en un programa que logró, rápidamente y no sin dificultades, incorporarse al SNP como un programa de reciente creación.

 

En su concepción el Doctorado en estudios Regionales tuvo como base a los Cuerpos Académicos, sus Líneas de Generación y Aplicación del Conocimiento y, sobre todo, las Redes Académicas en las que tanto los docentes como los Cuerpos Académicas participaban.

 

Fue por ello que los procesos de Movilidad de los Docentes, antes desarticulado y orientado a intereses propiamente individuales, se organizó, ahora, en torno a las Líneas de Generación y Aplicación del Conocimiento y, al interior del Doctorado, en torno a las Academias que, a su vez, están articuladas por las líneas de formación como las líneas de investigación previstas en el programa académico del propio doctorado.

 

Si bien los profesores continuaron participando en estancias académicas cortas, estancias posdoctorales y una continua y dinámica participación en eventos académicos, para el programa de doctorado éstos comenzaron a aparecer vinculados al trabajo de las academias de tal forma que los alumnos comenzaron a conocer y participar de las relaciones que los docentes, organizados en las academias del doctorado, establecían con colegas nacionales y de otros países del mundo.

 

Las principales fuentes de financiamiento de la movilidad académica de los docentes lo han sido los programas institucionales como el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional que en su búsqueda de incrementar el número de profesores con Perfil del Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP) y de los Sistemas Nacional y Estatal de Investigadores, financió la estancia académica de un buen grupo de los docentes en el extranjero. También se recurrió al financiamiento de CUMEX, de Santander y el Sistema de Investigación de la Universidad. Ya con el doctorado en el SNP la universidad estableció el Programa Institucional  de Apoyo al Programa de Calidad (PIACAP) que permitió co-financiar a cinco profesores del DER en estancias nacionales y en el extranjero y el Programa Institucional de Estímulos a la Investigación de Calidad (PIEIC) que financió con cincuenta mil pesos a todos y cada uno de los miembros del sistema Nacional de Investigadores en el desarrollo de este tipo de actividades.

 

Con PIFI se financiaron estancias posdoctorales de Jorge Magaña y Sophia Pincemin en Venezuela, de Jorge López Arévalo, Alvaro Martínez Quesada y Octavio Ixtacuy en Santiago de Compostela y de éste último en Japón; de Juan Carlos Cabrera Y Leticia Pons en España en varias universidades; de Sarelly Martínez y Juliana Matus en Colombia y Costa Rica,  por ejemplo. Con Santander se financiaron estancias Nacionales de Rosana Santiago y del Dr. Jiménez Dorantes en el País. Con PIEIC y con PIACAP, se financiaron 24 estancias de profesores miembros del Sistema Nacional de Investigadores en Canadá, Inglaterra, América del Sur y en varias universidades de México; con PROMEP, se financiaron estancias de Elsa María Díaz Ordaz y Fernando Lara en el País y en Santiago de Compostela; de Jorge López en Salamanca. Con todo, los flujos de profesores, tanto del DER que viajan a distintos lugares de México como del mundo, aún son considerados como insuficientes y, sobre todo que no han afirmado con la fuerza necesaria las relaciones que, consideramos, con el tiempo permitirán un flujo más eficiente de docentes y alumnos del Doctorado de una forma más productiva.

 

Como puede constatarse en los CVU de los docentes, pero también por los lugares que ocupan en los Sistemas Nacional y estatal de Investigadores y en los programas de Estímulos al desempeño Docente, la participación de los Profesores del Doctorado en eventos nacionales e internacionales (congresos, foros, simposia, reuniones) es alto en comparación con lo que se hacía en la etapa previa a la formación del doctorado, pero sobre todo, se ha articulado con las líneas de formación del doctorada y ha comenzado a ordenarse en torno a la formación de docentes y estudiantes. Lo que antes no sucedía ahora se presenta con una frecuencia mayor y aunque aún aparece como insuficiente, lo cierto es que los trabajos colectivos (firmados por docentes y alumnos) se presentan con mayor frecuencia y tienen buena aceptación.

 

De seguir el dinamismo actual, no dudamos que en breve será una tendencia irreversible la que estará presente en la vida dinámica del Doctorado en estudios Regionales.